La migraña es un trastorno crónico, muy prevalente, multidimensional y complejo, influenciado por factores genéticos y ambientales, entre los que se encuentra la alimentación. Los tratamientos médicos son parcialmente eficaces y se hace necesario complementarlos con otras estrategias terapéuticas, entre las que la nutrición juega un papel prevalente. Según la evidencia científica, hay componentes en los alimentos que pueden alterar negativamente y generar crisis:
La tiramina en los alimentos se produce como resultado de la degradación del aminoácido tirosina, su nivel aumenta en los alimentos que llevan un proceso de fermentado o añejado. Tales como los encurtidos, embutidos, quesos añejados, pepinillos, aceitunas, productos de soya, todas las nueces, bebidas alcóholicas o bebidas no alcóhoclias fermentadas, alimentos que contengan nitratos y nitritos, levaduras.
Además de alimentos altos en histaminas tales como los cítricos, lácteos grasos, sardinas, curry, glutamato monosódico, vinagre balsámico, bollería. Actualmente se estudia la relación con el gluten y la migraña. Sin embargo todos los organismos son diferentes, hay alimentos que una persona puede manejar sin ningún problema y a otra generarle un dolor de cabeza.
RECETA: NUBE DE FRESAS
Información de intercambio: 1/2 taza = 2 grasas